Esta fue la frase de mi nieto Koke, cuando lo tenía cogido en brazos y se agarró a mis pelos....motivadora, verdad?.
Este finde fue bastante familiar. La visita de Marta Y Rubén el Sábado, se intensificó con la de los niños, Chary y Koke, ayer.
Mi hermano Antonio cumplió......¡¡¡ Ochenta años!!!
Antes de irse para Malaga vinieron a visitarnos. El ordenador es obligado para todo el que entra, y los niños también se sienten obligados a inspeccionar todos los rincones del rinconcillo.
Algo para cenar. No puede irse uno para casa con el estómago vacío. Despedida, marcha para Málaga y, a continuar con la diaria tarea de educar a estos dos preciosos niños y de mantener el trabajo, al servicio de los demás, que hacen sus padres.
Este finde fue bastante familiar. La visita de Marta Y Rubén el Sábado, se intensificó con la de los niños, Chary y Koke, ayer.
Mi hermano Antonio cumplió......¡¡¡ Ochenta años!!!
¡Cómo se van las horas,
y tras ellas los días,
y los floridos años
de nuestra frágil vida!
La vejez luego viene,
del amor enemiga,
y entre fúnebres sombras
la muerte se avecina,
que escuálida y temblando,
fea, informe, amarilla,
nos aterra, y apaga
nuestros fuegos y dichas.
El cuerpo se entorpece,
los ayes nos fatigan,
nos huyen los placeres
y deja la alegría.
Si esto, pues, nos aguarda,
¿para qué, mi Dorila,
son los floridos años
de nuestra frágil vida?
Para juegos y bailes
y cantares y risas
nos los dieron los cielos,
las Gracias los destinan.
Ven ¡ay! ¿qué te detiene?
Ven, ven, paloma mía,
debajo de estas parras
do leve el viento aspira;
Y entre vinos suaves
y mimosas delicias
de la niñez gocemos,
pues vuela
tan aprisa.
Me ha venido a la cabeza esta Oda de Meléndez Valdés, dedicada a Dorila, que resume muy bien parte de nuestra vida,....pero sigamos:
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