CARTA ABIERTA AL
SEÑOR ORTEGA SMITH.
Muy señor mío:
Me alegra saber que ha superado usted la
enfermedad que había contraído y expandido irresponsablemente. Se lo digo de
verdad, me alegra.
Tengo que decirle también que me alegra
que la haya contraído. Tengo una razón muy poderosa. Tiene usted el apellido de
mi padre pero no se parecen en nada. Mi padre era militar, condecorado en la
guerra de Ifni, muchísimos años en el Crucero Canarias, barco que pateé en mi
primera infancia, hasta la saciedad, en Ferrol, en la dársena donde estaba
atracado. No usaba pulseritas ni similares, rebosaba españolidad por los cuatro
costados, y me trasmitió su amor por España. No necesitaba hacer pantomimas de
tiro comprometiendo a militares. Trata de monopolizar el espíritu militar de
una manera vergonzosa. Confunde al militar servidor de la patria con quien
quisiera que fueran sus servidores. No grita viva la policía o viva la guardia
civil sin un interés espurio. Podría gritar vivan los carteros o los
encofradores o los empleados del Metro. Usted sabe lo que pretende. Así que no
insisto en este tema.
Está usted viendo el ejemplo de amor a
su pueblo que están dando los militares, las fuerzas de seguridad, el personal
sanitario, el personal de limpieza, etc… Ve usted el más mínimo parecido con su
ridículo posado, tirado por el suelo en una cómica imagen de Berlanga?. Esos
son los verdaderos servidores del pueblo
a los que la gente ama.
Y por qué me he alegrado de su contagio?
Usted fue de los primeros afectados y por su corpulencia y por su edad rompió
el mito de que ésta era una enfermedad que solo se cebaba en los viejos.
Seguro que conoce el canal Fox News, seguro
que conoce a Dan Patrick, el republicano tejano y seguro que conoce sus
declaraciones cuando aparece la pandemia y Trump pide que no se le haga caso.
Se lo recuerdo, “los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar
la economía en bien de sus nietos y no paralizar el país”.
Quizás con su actitud irresponsable
usted dio a entender que ésta no es una enfermedad de viejos y nos hizo
ponernos a cubierto a estos mayores para sobrevivir y emprender la lucha, en
defensa de nuestros nietos, contra gentes como usted que solo quiere volvernos a una época como nuestra infancia, que no desearía para
ninguno de ellos.
Cuídese señor Smith, ya ve que este
virus no respeta a nadie, y sobre todo procure cuidar a los demás, eso, ha
demostrado, no saber hacerlo.
Un
abrazo virtual que eso es lo que se lleva ahora.
