26 de febrero de 2017

015.- UNA ISLA PARA SOSEGARSE. (16-23 FEBRERO).

Este precioso enclave del antiguo Mare Nostrum es un archipiélago compuesto por 5 islas y varios islotes. Está dividido en dos grupos de islas, al Nordeste las Gimnesias (Mallorca, Menorca y Cabrera) y al Suroeste las Pitiusas (Ibiza y Formentera).
Su clima suave con más de 300 días de sol al año, sus bellísimos paisajes y playas, su amplísima oferta cultural, sus posibilidades de ocio o relax y la hospitalidad de sus habitantes las han convertido en un lugar cosmopolita visitado desde todos los lugares del planeta, a veces para pasar vacaciones, y a veces para quedarse para siempre. 
No es una sorpresa que el aeropuerto de la capital, Palma de Mallorca, sea de los más concurridos de España. Las Baleares nos sorprenden y fascinan; cada isla, con su personalidad autóctona, se diferencia de la otra, y todas tienen en común el que es difícil abandonarlas sin el deseo de volver una y otra vez.
La extensión de Baleares es de unos 5000 Km2, con una población en torno al millón de habitantes, de los cuales un 20 % son extranjeros.
Su capital es Palma de Mallorca.
Su gobierno está presidido por Francina Armengol del PSOE, que gobierna en coalición con el MÉS, partido de ámbito balear. 
Nosotros estuvimos en Menorca.
Salimos el día 15 de Granada con dirección a Málaga. Paramos en el Hotel Hilton Garden por su proximidad al aeropuerto, pero nos encontramos con un hotel muy cómodo, muy limpio y agradable, aunque alejado del centro.
Llevamos el coche a la cochera de Rubén, cenamos con él y nos volvimos en taxi. 
A la mañana siguiente al aeropueto, destino Menorca. 
Plácido vuelo sin ningún tipo de incidencias. Allí un autobús nos esperaba para trasladarnos a las proximidades de Ciudadela, al hotel Almirante Farragut, espléndido en todos sus aspectos.



Una habitación en la cuarta planta con vistas en oblicuo al mar, grande y muy limpia.
Bajamos a comer sin deshacer las maletas. La sorpresa siguió siendo grata. El comedor en la misma linea y la comida buena, en cantidad y en calidad.
Los alrededores del Hotel fueron el objeto de la visita de la tarde. Conviene ubicarse bien y dedicar un buen rato a pensar y planificar lo que se va a hacer. Así te ahorras después mucho tiempo.
Desde el terreno y desde la propia terraza de la habitación contemplamos nuestro entorno.



Amanece el día 17, después de tantos días en que estas islas han sido azotadas por el mal tiempo, sorprende la bondad climatológica....y se agradece. Actitud positiva que no puede por más que recoger momentos buenos.
Asistimos a la reunión convocada por el Inserso para dar a conocer excursiones y demás, más que nada para recoger la tarjeta del seguro porque teníamos claro que en  esta isla lo ideal es alquilar un cochecillo y patear, rodar más bien, por la isla.


Un OPEL Adam estaría a nuestra disposición desde la mañana siguiente.
Esa mañana hicimos una preciosa excursión. Andando, en un día espléndido, por todo el paseo marítimo, disfrutando de unas maravillosas calas, fuimos desde Cala en Blanes, donde estaba el hotel, hasta Ciudadela recorriendo Cala en Forcat, Cala en Brut y Cala en Blanes. Un paseo precioso, unos seis kilómetros, primero por la carretera y luego, como decíamos, por el propio paseo marítimo.





Algunas edificaciones, propiedades por lo que nos decían de potentados franceses e ingleses básicamente, son verdaderas maravillas a pie de acantilado o cala.

El faro de Ciudadela, el paso por el pinar, la cala Pitarch,

y la llegada al fondo de la Cala de Ciudadella, el Port Antic, donde se encuentra el Café Balear donde degustamos una extraordinaria Caldereta típica de la zona.
 
 
 
 
 
 
Un taxi después del síndrome post almuerzo era necesario. Nos fuimos para el hotel y ya no nos movimos de allí.
A la mañana siguiente empezamos a compartir nuestros recorridos con nuestro Opel al que apellidaban  Adan, con este nombre se quedó.
Desde Cala en Blanes. Ciudadella, Ferreries, Es Mercadal, hasta desviarnos para llegar al Monte Toro, una elevación de menos de 400 metros, en una isla totalmente plana, que nos permite ver, en un día como el que nos ocupa, la totalidad del contorno de la isla.







Al bajar del monte Toro nos dirigimos a Fornells, pasando por Es Mercadal. Un lugar con un puerto precioso, paseamos por él, y descubrimos que en verano este pueblo tiene que estar a reventar. Repartir la belleza entre tanta gente no es lo mismo. Nosotros prácticamente lo monopolizamos. Estábamos solos. Una gozada.




Ya era la hora de la comida, así que para el hotel. La comida es excelente en cantidad y calidad. No vale la pena perderla. Además hay muy pocos sitios abiertos y no es plan de comerse otra caldereta. Por la tarde nos fuimos a Ciudadela para ver las innumerables puestas de sol de las que nos han hablado.




Pincha aquí.- Puesta de sol en Ciudadella.


Un pequeño paseo por el centro de la localidad y vuelta al hotel para cenar. Otro día genial.
Hoy Domingo, por la mañana nos dirigimos a Mahón, Maó para los isleños. Menos de cincuenta kiló,etros separan un extremo de otro de la isla, al Oeste Ciudadella, al Este Maó. 

Tiene un puerto fabuloso, se dice que el segundo más importante del mundo después de el de Pearl Harbour. Muy grande y muy natural. Para preservarlo a lo largo del tiempo la fortaleza de la Mola, la cual visitamos.
 
No dejéis de ver el famoso cañón, pieza única que no pudimos ver por problemas de horario.
Os dejo aquí un enlace para que lo podáis disfrutar. Yo si vuelvo, no dejo de verlo.
De vuelta a casa pasamos por Alaior, un pueblecito en el centro de la isla donde paramos a tomar una cervecita, el día lo pedía. 
Os pongo un mapa de Menorca para que os sirva de orientación de las explicaciones que os estoy dando.
  Después de comer y de una corta pero reparadora siesta nos fuimos a visitar Cala Morell, una cala próxima al Hotel, urbanización también privilegiada por sus coquetas construcciones y por sus vistas impresionantes.




Terminamos el día en la ya habitual Ciudadela,ciudad con rincones inesperados.
 El lunes, día 20, amaneció tan claro y tranquilo como los anteriores. Suerte inmensa con la climatología.
Nos hacía falta este día para la excursión programada, con un mal día todo sería distinto. Así que con Adam y viendo las nubes con el techo solar emprendimos la marcha hacia Binieca Vell, uno de los pueblos más laureados en Menorca. Hay el Binieca Nou pero ese hace referencia a la actualidad, el visitado se refiere al origen, un pueblo con todo diminuto "enmaquetado" sería el nombre.











Recorrimos otras localidades espectaculares, zona de castillos y calas, Sant Louis, S. Esteve, Es castell....todo atractivo y relajante.







 La vuelta trajo el paso obligado por Alaior.

Almuerzo y descanso para encarar la excursión de la tarde ,repetir el camino a Ciudadella, pero andando, como el primer día.
No se retiran las algas de la playa para, en caso de temporal, eviten que el mar se lleve la arena.

El color del agua en Menorca, como en el conjunto de las Baleares es un azul verdoso de increible belleza.



La belleza de Port Antic desde el otro lado de la ciudad y de noche es muy grande.
La plaza, con el singular obelisco y su enorme personalidad señala el centro de Ciudadella.
El Sábado 21, tomamos el coche en dirección a Ferreríes donde nos desbiaríamos para acceder a Cala Santa Galdana. Era el primer día un poco nublado pero parecía que el día retomaría su esplendor.


El color y la trasparencia del agua dota a estas islas de un carácter y un atractivo especial.
Desde Cala Galdana hacia la playa de Son Bou, quizás la playa más utilizada por los menorquines por su extensión y su facilidad de acceso.










Con el intervalo del hotel para la comida y el breve descanso, dedicamos la tarde a una de las puestas de sol más bonitas que puedan visitarse, es la zona del Cap d´artrutx, en el extremo suroeste y después la Cala en Bosc, también de gran belleza.

La puesta de sol espectacular.
Es el último día y hay que aprovecharlo.Habíamos pretendido ir el primer día a un sitio recomendado y no pudimos hacerlo. Hoy enfilamos nuestra ruta hacia ese destino, el Faro y la Playa de Cavallería.
El dís es soleado aunque corre un poquito de aire fresco.
El lugar es paradisíaco, de lo más bonito que hemos visto en Menorca. La playa, de arena rojiza, nos deslumbra. Os la participamos.





















Pincha aquí.- Playa roja. 




Por la tarde quisimos disfrutar, aunque fuese brevemente y con un poquillo de fresco, de las maravillosas instalaciones del hotel y su entorno. La cala en Forcat y las piscinas exteriores. Se acaba el viaje. Mañana muy temprano salimos para Málaga.












Un buen madrugón porque el avión salía muy temprano.
A las diez de la mañana ya estábamos en Málaga donde nos esperaba Rubén y donde poníamos fin a este sosegado viaje.
Hasta la próxima.