Sevilla, 1626. A su regreso de Flandes, donde han participado
en el asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste y el joven mochilero
Iñigo de Balboa reciben el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos
y espadachines para una peligrosa misión, relacionada con el contrabando de oro
que los galeones españoles traen de las Indias.
Los bajos fondos de la turbulenta
ciudad andaluza, el corral de los Naranjos, la cárcel real, las tabernas de
Triana, los arenales del Guadalquivir, son los escenarios de esta nueva
aventura, donde los protagonistas reencontrarán traiciones, lances y estocadas,
en compañía de viejos amigos y viejos enemigos.
01.- El Imperio ultramarino
era un flujo de riquezas que permitía a España sostener las guerras que, por
defender su hegemonía militar y la verdadera religión, la empeñaban contra
medio orbe; dinero más necesario, en una tierra como la nuestra, donde todo
cristo se daba de aires, el trabajo estaba mal visto, el comercio carecía de
buena fama y el sueño del último villano era conseguir una ejecutoria de
hidalgo, vivir sin pagar impuestos y no trabajar nunca; que muy cierta llega la
asolación de la república el día que los vicios se vuelven costumbres; pues
deja de tenerse por infame al vicioso y toda bajeza se vuelve natural.
02.- Aquella riqueza
terminó aprovechando a todo el mundo menos a los españoles: Con una Corona
siempre endeudada, se gastaba antes de llegar. Como bien contó el propio
Francisco de Quevedo:
Nace en las Indias
honrado
Donde el mundo le
acompaña;
Viene a morir en España,
Y es en Génova
enterrado.
Y pues quien le trae al
lado
Es hermoso, aunque sea
fiero,
Poderoso caballero
Es Don Dinero.
03.- Mientras en
Castilla los nobles llevaban su estoicismo hasta la ruina misma con tal de no
trabajar, la aristocracia sevillana se daba más manga ancha, acercando en
muchas ocasiones las palabras hidalgo y mercader; de manera que el aristócrata
no desdeñaba los negocios si daban dinero, y el mercader estaba dispuesto a
gastar un Potosí con tal de ser tenido por hidalgo. Eso daba lugar, por una
parte, al espectáculo de nobles envilecidos que usaban sus influencias para
medrar; y de la otra, que el trabajo y la mercadería tan útiles a las naciones
siguieran mal vistas, y quedaran en manos de extranjeros. Así, la mayor parte
de los nobles sevillanos eran plebeyos ricos que compraban su acceso al
estamento superior con dinero y matrimonios ventajosos, avergonzándose de sus
dignos oficios. Se pasaba pues de una generación de mercaderes a otra de
mayorazgos parásitos que renegaban del origen de su fortuna y la dilapidaban.
Con lo que se cumplía aquello de que, en España, ABUELO MERCADER, PADRE
CABALLERO, HIJO GARITERO Y NIETO PORDIOSERO.
04.- “Que injusto es que los seres humanos no
puedan llevar la hoja de servicios de su vida escrita en su cara”.
05.- “En la Corte, no trabajar da
muchísimo trabajo”.
06.- “El ORO de las
Indias escapaba así para financiar ejércitos y naves que nos combatían. Nadie
cortaba aquel tráfico porque todos se beneficiaban. Incluso el rey. El
resultado salta a la vista: España se va al diablo. Todos roban, trampean,
mienten y ninguno paga lo que debe”.
07.- “Lo bueno de un
verdadero amigo era que siempre te dejaba dar las cartas sin preocuparse de la
baraja”.
08.- Aprendí que es
fácil batirse cuando están cerca los camaradas o cuando te observan los ojos de
la mujer a la que amas, dándote vigor y coraje. Lo difícil es pelear solo en la
oscuridad, sin más testigo que tu honra y tu conciencia. Sin premio y sin
esperanza. Con el paso de los años también yo aprendí que la lucidez se paga
con la desesperanza, y que la vida del español fue siempre un lento camino
hacia ninguna parte.
09.- Si hacemos
cuenta que del hombre el primer padre fue un ladrón, la primera madre mentirosa
y el primer hijo asesino. ¿Qué hay ahora que antes no hubo?.
10.- La indiferencia
lúcida de quien conoce el escaso trecho que media entre estar vivo y estar
muerto. Sólo los estúpidos, los fanáticos o los canallas viven libres de
fantasmas, o de remordimientos.
11.- Las más mortales
estocadas son las que traspasan el bolsillo.
12.- El hombre es más
libre cuanto menos debe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario