31 de octubre de 2015

047.- EL ARTE DE ESCUCHAR LOS LATIDOS DEL CORAZÓN.- Jan-Philipp Sendker.



Entre los papeles de Tin Win se halla una carta: unas pocas frases que apuntan a su nacimiento y su vida en Birmania. Cuatro años después de su misteriosa desaparición, su hija la encuentra y decide abandonar su Nueva York natal para iniciar una búsqueda que le llevará a recorrer los exóticos paisaje birmanos, la tierra de sus antepasados y el pueblo en el que tuvo lugar la entrañable historia de su padre.
Así, la joven descubre que Tin Win, aún niño, fue abandonado por su madre y poco después se quedó ciego. Solo su afán de supervivencia podía ayudar a entender el sorprendente desarrollo de su sensibilidad y, sobre todo,, de su oído; era capaz de escuchar el latir de los corazones e intuir las emociones que los movían. Su amor por la vida se unía a su devoción por Mi Mi, una bella joven que no podía caminar. Ambos jóvenes formaron una pareja inolvidable, una pareja cuyo amor debería superar todo tipo de obstáculos y la difícil prueba de la separación.
Sobre el telón de fondo de una Birmania apenas conocida, con las luces de una naturaleza exuberante y las ricas tradiciones de sus pueblos milenarios, junto a las sombras de la pobreza y la tiranía, esta novela ofrece la más insólita de las relaciones, a la vez que la más conmovedora: la de dos seres unidos por la necesidad, que se transmuta en el más fervoroso de los amores.
Una historia de amor que conduce a una Birmania mágica.                              

·         Crees en el amor ? . No me refiero a aquel sentimiento que nos vuelve más pobres, no más ricos, porque queremos poseer lo que no podemos poseer, queremos retener lo que no podemos retener. Hablo del amor que devuelve la vista a los ciegos. Hablo del triunfo del ser humano sobre el egoísmo y la muerte.

·         Un día de descuido puede tener más peso que cientos de días de corrección.

·         Hay heridas que el tiempo no logra curar, pero sí reducir de tal modo que pueda vivirse con ellas.

·         Hace años perdí la visión pero eso no significa que sea ciego. Veo diferente, eso es todo. Lo esencial es invisible a los ojos. Creemos que somos capaces de ver cuanto nos rodea, pero se trata solo de la superficie. Deberíamos aprender a percibir la esencia de las cosas, su sustancia. Quien confía demasiado en sus ojos descuida el resto de sus sentidos.

·         Para quien no puede caminar, quien depende de la ayuda de los demás, la espera es parte de su vida.

·         La imaginación no tiene más fronteras que las que uno mismo le impone.

·         La muerte pertenece a la vida del mismo modo que el nacimiento, que nadie puede librarse de ella y que no tiene sentido resistirse. Cuanto antes nos resignemos a aceptarla como parte de la vida y dejáramos de tenerle miedo, mejor.

·         No todo lo que es cierto puede explicarse, ni todo lo que puede explicarse es cierto.

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