El Domingo por la tarde vinieron a visitarnos el matrimonio Martínez Tenorio y sus dos hijos, dicho en modo coloquial, nuestros hijos y nuestros nietos.
Los padres venían reventados. Todo el día de preparativos y ejecución de la asistencia a una comunión y después los pormenores del viaje de regreso a Málaga. Los niños, sin embargo no parecían estar muy cansados a tenor de su actividad que aquí se refleja. Venían pintados de la comunión:
Cuando llegan es un torbellino. Es como una corrida de toros, se van aplacando según se banderillean, se estocan, y se van toreando, al final,.........terminan muertos de sueño.
El momento de sosiego coincidió con un acontecimientos histórico. De manera imprevista pudimos comprobar cómo Koke estaba poniendo su nombre en una libreta que le dio su abuelo. Nos lo íbamos a comer a besos. Guardaremos el documento, que aquí exponemos, para el futuro.
Fijaros en el detalle de las pestañas. Son singulares, únicas.
Luego el regreso a Málaga y ya a preparar el fin de curso, la graduación de Aytor y el cuarto cumpleaños de Koke.
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