Nací en 1940 en un harén de Fez, ciudad marroquí del siglo IX, cinco
mil kilómetros al oeste de La
Meca y mil Km. al sur de Madrid, una de las peligrosas
capitales de los cristianos….Así comienza Fátima Mernissi las memorias de su
infancia, transcurrida en uno de los últimos harenes de Marruecos.
Con el poder de
encantamiento de las fábulas y la fuerza narrativa de las historias realmente
vividas, Sueños en el umbral es un puente tendido entre dos culturas: la
europea y la magrebí. Esta mágica recreación de un mundo extinguido, en el que
una niña se ve obligada a navegar entre fronteras para salvaguardar su futura
integridad de mujer, adquiere universalidad en su exotismo gracias al hilo de
plata con el cual la autora teje los innumerables cuentos y anécdotas del patio
al que estaba confinada.
En un libro con el
poder evocativo de Las mil y una noches, Mernissi escribe sobre las estrategias
de la seducción y el harén como metáfora de nuestras vidas.
Unas memorias provocativas, habitadas por mujeres individualistas,
divertidas, sabias y maravillosas que recompensan a su lector con el placer de
la inteligencia y la frescura.
Cuando vas a emprender una aventura, no tienes que considerar el principio
sino el final.
La felicidad era estar con los seres amados y aún así sentir que se
existía como ser individual, que no se vivía solo para hacerlos felices. La
felicidad era el equilibrio entre lo que se daba y lo que se recibía.
Los músculos para ser feliz se desarrollan del mismo modo que los que
sirven para caminar o respirar.
Si puedes labrar la tierra y leer libros, nunca fracasarás.
Ser libre era estar en movimiento.
Los sueños pueden cambiar tu vida y, a la larga, el mundo.
Rebelarte sólo cuando estés seguro de que
existe alguna posibilidad de ganar.
Si alguna vez dirigía alguna batalla por la liberación de la mujer, no
olvidaría la sensualidad. Para qué organizar una revolución si el nuevo mundo
va a ser un desierto emocional.. Las mujeres de las Mil y una noches no
escribían sobre la revolución, sino que la vivían sin más y siempre conseguían
solucionar sus problemas. No intentaban convencer a la sociedad de que las
liberara, sino que se liberaban ellas mismas.
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