Todos
tenemos metas en la vida, objetivos que quisiéramos lograr y, sin embargo, una
frontera aparentemente infranqueable separa a los que tienen éxito de los que
no.
¿Ha
tenido alguna vez uno de esos días en los que con una claridad cristalina se ha
propuesto en firme cambiar algunos aspectos de sí mismo? ¿Quizá retos como aprender un idioma, perder
peso, dejar de fumar, ser más ahorrador o gestionar mejor sus proyectos
profesionales? ¿Y le ha ocurrido también que, unas semanas más tarde, toda esa
intensidad se ha pulverizado en el aire y ha vuelto a su rutina de siempre?
Si es
así, este libro es para usted, sobre todo si sus objetivos tienen que ver con
su yo ideal, con esa versión de sí mismo que tiene todas sus virtudes, actuales
y deseadas, y casi ninguno de sus defectos.
La
ciencia del cambio personal no es una única disciplina. Es la forma en que el
autor de este singular libro denomina a un conjunto de conocimientos
científicos de última generación que nos están ayudando a entender cuáles son
las claves del éxito en la fascinante tarea de convertirnos en la persona que
soñamos ser.
·
Las creencias que no encajan con nuestras
conductas son desterradas y viceversa. Lo cierto es que es mucho más frecuente
lo primero, porque es mucho más fácil alterar una idea que un comportamiento.
·
La
mayor ventaja de ser inteligente es la capacidad de predecir los
acontecimientos venideros, lo que evidentemente tiene un inmenso valor
adaptativo.
·
Ser
hábiles en la predicción nos ayuda a vivir, pero lo más importante en relación
con el cambio es que nos ayuda a sobrevivir.
·
La
vida solo avanza cuando realmente somos capaces de evolucionar.
·
Una
persona puede ser culpable en el sentido de que es responsable de que algo
indeseable haya ocurrido. Si ese sentimiento de responsabilidad le ayuda a
comprender los efectos que su conducta tiene sobre los demás y sobre sí misma,
y contribuye a mejorar y a evitar situaciones similares en el futuro, es algo
beneficioso. Pero esa culpabilidad siniestra que adopta la forma de reproches
hacia uno mismo y pensamientos de auto condena, debería ser evitada.
·
No se
puede desear lo indeseable, luego la motivación en sí no funciona en la mayoría
de los casos. Por eso la motivación es un mito. Uno puede premiarse por las
cosas que logra. Este tipo de refuerzos son útiles. Para lograr lo que nos
proponemos no podemos confiar únicamente en sentirnos motivados, porque es
posible que esa motivación no llegue nunca.
·
Las
personas que piensan que las cosas son posibles y que la solución está en ellos
lo tienen más fácil para triunfar en lo que se proponen. En el otro extremo
están “las profecías cumplidas”, según las cuales las personas acaban
provocando aquello que más temen.
·
Tener
una vida feliz depende de muchas cosas pero, lo que sí es cierto es que si
usted se empeña en ser infeliz, es casi seguro que lo logrará.
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