BLUE JASMINE.
Después
de que todo en su vida se cae a pedazos, incluyendo su matrimonio con el
adinerado empresario Hal (Alec Baldwin) la distinguida dama de la alta sociedad
neoyorkina Jasmine (Cate Blanchett) se muda al modesto apartamento de su
hermana Ginger en San Francisco, para intentar recuperarse de su profunda
crisis junto a ella. Jasmine llega a San Francisco en un frágil estado mental,
con su cabeza tambaleante y sumergida en un cóctel de antidepresivos. Aunque
todavía es capaz de proyectar su porte aristocrático, es precaria
emocionalmente y carece de cualquier capacidad práctica para mantenerse a sí
misma. Jasmine, quien desaprueba las relaciones de su hermana y su mal gusto
con los hombres, encuentra un potencial salvavidas a su vida cuando conoce a
Dwight, un diplomático que se enamora rápidamente de ella por su belleza,
sofisticación y estilo. El problema de Jasmine es que define su propio valor a
partir de la forma en que es percibida por los demás, mientras se cierra a lo
que ocurre a su alrededor. Delicadamente interpretada por una magistral Cate
Blanchett, Jasmine se gana nuestra consideración como espectadores por ser ella
un instrumento involuntario de su propia caída. La nueva película de Woody
Allen nos habla sobre las graves consecuencias que pueden resultar cuando las
personas desvían la mirada de la realidad para hacer ojos ciegos a la verdad
que no quieren ver.
ORIGEN: Estados Unidos.
ACTORES: Cate Blanchett, Alec Baldwin,
Peter Sarsgaard.
Woody Allen es un genio y lo demuestra
todos los años. Puede gustarte más o menos alguno de sus films pero todos
tienen esos condimentos tan excepcionales que hacen que sus trabajos sean
únicos.
Blue Jasmine no forma parte del top
ten del aclamado director ni tampoco será recordada como una de sus obras
cumbres, pero eso es porque tiene demasiadas.
Este estreno cuenta con una
construcción del personaje central tan formidable a nivel guión y performance
que si la Academia no le da un Oscar a Cate Blanchett en la próxima premiación
será una estafa.
La manera que utiliza la actriz para mostrar la bipolaridad de su personaje y
soltar esos maravillosos monólogos es como una cátedra del mejor taller de
actuación que exista.
Y
como es de costumbre en las películas de Allen, no solo el protagónico está muy
bien sino que el resto del elenco también se luce: Alec Baldwin como de
costumbre y los pseudo desconocidos Sally Hawkins y Bobby Cannavale están
magníficos como la hermana de la protagonista y su pareja, respectivamente.
Ácidos
comentarios, elocuencias varias y disfunciones familiares terminan por componer
una elaborada y graciosa historia al compás de una edición simple y sin
pretensiones.
Los amantes del cineasta saldrán
felices de la sala y los espectadores ocasionales estarán más que satisfechos.
Es una gran opción que no defrauda en lo más mínimo sino todo lo contrario.
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