4 de diciembre de 2015

871.- TRIANA, EN SEVILLA.- Nvbre. 15.

Sevilla es la capital de la Comunidad autónoma de Andalucía. Sede del Parlamento y del Gobierno andaluz. Tiene una población aproximada de unos 700.000 habitantes dentro de una provincia que roza los dos millones.
Triana es uno de los barrios más típicos de Sevilla. Entre los puentes del Cachorro y San Telmo y comunicado en su centro por el Puente de Triana con el resto de la ciudad.
 
La calle Clara Jesús Montero, Pagés del Corro, hasta llegar a la Avenida de Argentina, limitan su parte más importante por la zona terrestre, en el otro margen, el río Guadalquivir, el antiguo Betis de los romanos, ya navegable hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda en la provincia de Cádiz, con el único límite de su calado, en torno a los ocho metros, y la altura de los puentes.
Habíamos reservado un Hotel en el corazón de este barrio.
Nos decepcionó por los increibles ruidos, por sus habitaciones y cuartos de baño diminutos y la observadora Magu, al llegar, se fijó en un rótulo que puede ser la respuesta a todo lo dicho.
El cambio de hotel era inminente. El razonamiento era claro. Si hemos venido a estar dos días a gusto y nos vamos a estar quejando continuamente. Nos fuímos a comer a toda prisa y de vuelta a descansar. El baqueteado colchón y la cama pequeña nos terminaron de decidir.Así que solo quedaba negociar, aunque el pago se había realizado, porque la reserva era sin cancelación. No nos cobraron el parquing que ya estaba reservado.

 Nos fuimos al Hotel Monte Triana.
 Genial.
Una vez instalados, se trataba de recuperar el tiempo perdido. Habíamos decidido conocer a fondo Triana y nos pusimos piernas a la obra.
La presencia de Iglesias y Santos que gozan de una devoción cuasi mística es constante. La ciudad está dividida en cofradías.

El peso de una tradición en la cuna de la Inquisición. La vida se desarrolla al margen de la religión , pero envuelta en los fetichismos religiosos que se sienten como reales.

Estábamos a un paso de la Iglesia del Cachorro, el Cristo que da nombre a una de las más importantes cofradías. Pudimos pasar al ábside y desde allí hice la fotografía del principio.
Anochecía y hacía frío, pero ello no fue óbice para que nos fuéramos a cenar a la terraza del Faro, un restarurante sobre el puente de Triana y con unas vistas fantásticas de la ciudad, al otro lado del río.
 El castillo de San Jorge, la cuna de la Inquisición que visitaríamos al día siguiente.
La terraza del Restaurante. Estábamos solos. Los camareros nos decían que hacía frío. Sería para no salir ellos. Llevábamos todavía reservas del frío de Granada y estábamos a gusto. Nos quedamos un rato. Unas gambas fresquitas y a la plancha tuvieron la culpa.

La famosísima calle Betis. Desierta. Eran las nueve de la noche.
Una vez sentados el frío se hizo más intenso. Al final, nos tuvimos que bajar al comedor interior. Supongo que tendrá más clientela porque seguíamos casi solos. La comida y el precio bien.., pero nada del otro mundo. Nos tomamos hasta un gin tónic.
A dormir ya al hotel, muy cerca de aquí. La mañana tiene que ser intensa porque el tiempo es escaso.
 Después de desayunar el compendio del Castillo de San Jorge, cuna de la Inquisición, el Mercado de Triana,
la Ermita de la Virgen del Carmen, una pequeña y hermosa capilla en honor a la patrona de los marineros. Se trata de una creación del arquitecto Aníbal González, el mismo que diseñó la grandiosa Plaza de España sevillana. Este rincón continúa siendo lugar de culto para los más devotos
El Mercado de Triana, de abastos, se encuentra en la Plaza del Altozano y fue construido sobre los restos del antiguo Castillo de San Jorge y remodelado en 1922. Se trata del lugar idóneo si lo que se pretende es encontrar el verdadero ambiente del barrio. 
En los bajos del mercado se encuentra el Castillo de San Jorge,conocido con este nombre desde el siglo X, clave de la historia de Triana.Fue sede de la Inquisición Española e icono de esta institución en Europa desde 1.481. Tras servir como prisión y ser el centro de persecución y represión religiosa durante siglos, el castillo fue demolido para agrandar la Plaza y crear un mercado.
Desde la calle Castilla, una de las que parte de la Plaza del Altozano, surge un estrecho callejón de 35 metros de largo, el Callejón de la Inquisición, que formó parte del Castillo y por el que eran conducidos los presos que eran llevados a la hoguera.
 El Puente de Triana nos adentra en la ciudad.
La otra orilla del río nos lleva a la Torre del Oro. Queremos ver Triana desde la otra orilla. La calle Betis desde la ciudad. Allí un monumento de Chillida a la tolerancia, en su línea.
La Torre del Oro es el lugar desde donde zarpan los barcos que recorren el río paseando, sobre todo a los turistas, y mostrando las bellezas de esta ciudad.
La ciudad de los puentes. Voy a tratar de presentártelos todos. Me tendré que documentar, pero éste es uno de los objetivos de este blog y esta web, enseñar y, sobre todo, hacer el pasado , presente. Eso ocurrirá cuando algún día, alguien, lo vea y diga...quiero ver esto, es decir, lo haga actualidad.

1.- Puente del Quinto Centenario: Inaugurado para la Expo de 1.992. Diseñado por José Antonio Fernández Ordóñez y Julio Martínez Calzón. 265 metros de longitud y 45 metros de altura sobre el río para permitir el paso de los barcos.



2.- Puente de las Delicias: Construido en 1992. Vino a sustituir al Puente de Alfonso XIII. Es un doble puente móvil, con dos tableros independientes levadizos, para tráfico rodado y férreo de mercancías, que permite el paso de embarcaciones hacia el puerto. Fue diseñado por Fernández Troyano y Javier Manterola Armisen, construido entre 1988 y 1990 con el fin de reemplazar al antiguo Puente de Alfonso XIII. El club náutico de la ciudad está situado justo río arriba del puente, lo que hacía necesario un puente basculante funcional que permitiera el paso de las embarcaciones.


Es un doble puente móvil, con dos tableros independientes levadizos, para tráfico rodado y férreo de mercancías, que permite el paso de embarcaciones hacia el puerto. Ambas estructuras tienen un vano central móvil que funciona independientemente, soportados por dos grandes pilares centrales huecos en cuyo interior se aloja la maquinaria para el levantamiento. 
3.- Puente de los Remedios: Une el Barrio de los Remedios con el Parque de María Luisa. Construido hacia el año 1960. Tiene una longitud de 125 metros. Es un puente-viga y de debe al Ingeniero Carlos Fernández Casado.
 4.- Puente de San Telmo: El puente, que debe su nombre al Palacio de San Telmo por encontrarse al lado del mismo en 1931, tras realizarse una prueba de carga, quedó abierto al paso peatonal por el ingeniero José Eugenio Ribera, con el objetivo de permitir el desarrollo de los barrios que se encuentran en la orilla norte. El Puente de San Telmo fue el tercer puente que vio la luz en Sevilla, justo 2 años después que el Puente de Alfonso XIII y cerca de 80 años más tarde que el Puente de Triana.
Inicialmente, el puente de San Telmo era un puente funcional y móvil que poseía un delantal central naciente construido en dos partes y que se encontraba sostenido por dos pilas prolongándose hacia cada lado con un arco.
En 1968, cuando la zona portuaria fue desplazada hacia el sur río abajo, la parte central del puente fue transformada en un tercer arco fijo.
Tras las obras de 1992 con motivo de la Expo 92, sufrió la pérdida de las farolas de estilo fernandinas originales.
Actualmente el puente posee cuatro carriles, dos en cada sentido, así como una acera por cada lado, existiendo en una de ellas un carril para bicicletas.


5.- Puente de Triana:Originariamente fue el llamado puente de barcas, eran tablones de madera colocados sobre trece barcas amarradas entre ambas orillas del Guadalquivir. Se construyó bajo el reinado de Isabel II en 1852. Se trata del puente de hierro más antiguo conservado en España y fue obra de los ingenieros Steinacher y Berdanet, de la escuela de Eiffel. Las piezas de fundición fueron ordenadas construir en el taller de los hermanos Bonaplata en Sevilla.

Goza de una intensa actividad peatonal y automovilística. Aquí lo vemos desde abajo.
 6.- Puente del Cristo de la Expiración o del Cachorro:

 El nombre del puente proviene de la cercanía de la Capilla del Patrocinio, una iglesia desde la que procesiona la Hermandad del Cristo de la Expiración. Dado que este cristo es conocido popularmente por el “Cristo del Cachorro”, al puente también se le llama así. También se le conoce como el puente de los leperos porque primero se hizo el puente y o se hizo el cauce para que pasara el río. Estructura de acero, con dos arcos rebajados de 130 metros de luz y sin soporte bajo el agua, que sostiene un tablero de 223 m. x 30 m y 30,5m de ancho, diseñado por José Luís Manzanares Japón, inspirado en el puente Alejandro III de París.Los pasos peatonales a lo largo del puente están cubiertos de lonas blancas que cuelgan de mástiles y alivian el calor de los viandantes.
 7.- Puente de la Cartuja:Parte desde la calle torneo (a la altura del barrio de San Vicente) en la orilla izquierda, y en la orilla derecha, llega hasta el Camino de los Descubrimientos, en la Isla de la Cartuja, a la altura del Monasterio de Santa María de las Cuevas, que fuera Pabellón Real en la Exposición Universal de 1992.
Fue diseñado por Fritz Leonhardt y Luis Viñuela Rueda y construido en el contexto de la Exposición Universal de 1992. Primero fue de uso exclusivo peatonal. Ahora está abierto también al tráfico rodado.
Su estilo, es voluntariamente discreto, para que el monasterio vecino, siguiera siendo el monumento más visible.
Se construyó enteramente en tierra firme, sobre la margen izquierda del río, antes de ser girado para colocarlo sobre el Guadalquivir. Sus apoyos son asimétricos: excepto los dos contrafuertes, posee un único apoyo sobre la orilla izquierda.
La estructura portante de la Pasarela de la Cartuja mide 235 metros de longitud, con un ancho de únicamente 11 metros. Estas dimensiones, le hacen figurar como el puente más esbelto (relación entre longitud y anchura) del mundo. Se encuentra desde 2007 en el Libro Guinness de los récords.
  8.- Puente de la Barqueta:Construido entre 1989 y 1992 como acceso al recinto de la Exposición Universal. Fue diseñado por los ingenieros Juan J. Arenas y Marcos J. Pantaleón, cuenta con un sólo ojo apoyado de orilla a orilla. Su único arco es de acero atirantado por el propio tablero.
 Se compone de un arco de acero de 214 m. cuyos extremos forman un pórtico triangular en cada lado, atirantado para soportar el tablero que tiene una longitud de 168 m. cuyo únicos apoyos son cuatro soportes verticales a una distancia de 30 m. sobre las orillas del río sin más apoyos intermedios y con un ancho de 21,40 m.
Se trata de un puente colgante construido en tierra, siendo girado hasta su emplazamiento original. Tuvo un problema en su primer intento, el llamado  barquetazo.
9.- Puente del Alamillo:El puente del Alamillo es un puente atirantado de pilón contrapeso que cruza el río Guadalquivir. Fue diseñado por Santiago Calatrava y terminado en 1992. Se construyó para permitir el acceso a la isla de La Cartuja, donde tuvo lugar la Expo 92. El primer proyecto constaba de dos puentes iguales, mirando cada uno en su dirección opuesta, pero el presupuesto no concebía el par, por lo que pudo erigirse sólo uno. El puente consta de un único pilar que actúa de contrapeso para los 200 m del puente gracias a trece largos cables. Un diseño similar es el del puente Sundial Bridge, también de Calatrava, terminado en 2004 en Redding (California).

Tiene una longitud de unos 200 metros y está considerado como el primer puente sustentado por cables en el que la plataforma se equilibra con el peso de la torre inclinada hacia atrás. Esta tiene una altura de 142 metros, y una inclinación de 48º realizada con secciones hexagonales de planchas de acero revestidas de hormigón en masa, en el cual se alojan los 13 pares de cables que sostienen el tablero. 
Terminado nuestro paseo en barco y después de pasar un poco de frío retornamos a Triana, a la Calle San Jacinto, como una espina dorsal que atraviesa gran parte de Triana. Es la mejor opción si lo que apetece es pasear y visitar algunos comercios, tomarse algo viendo cómo se desarrolla la vida de los trianeros o reservar mesa para luego comer, como hicimos, en un lugar muy recomendable por su calidad y precio, el famoso Bar La Blanca Paloma, todo un clásico de esta calle, en su cruce con Pagés del Corro.
Al volver pasamos por el Bar El Bistec, creo que se llama,donde empieza la película de los Ocho apellidos catalanes, en la Placeta de Santa Ana.
Ya por la noche al centro neurálgico de Triana, la Plaza del Altozano, y nuevamente por el Callejón de la Inquisición  al Paseo de la O, que se extiende paralelo a la ribera del río hasta llegar a los bajos del Puente de Triana.

  Y excursión finalizada. A cenar, al hotel y al día siguiente para Granada.
Rodrigo, el marinero que avistó América, nos despidió recordándonos que a partir de entonces, fue Rodrigo de Triana. Espero os haya servido el relato.








No hay comentarios:

Publicar un comentario