Comimos y después de descansar un poco nos fuimos a casa de Jorge y Charo. Allí estaban los peques dedicados a su actividad favorita....revolucionarlo todo:
Nosotros nos fuímos al hotel. Málaga lucía inmensa:
Al día siguiente quedamos en Puerto 1. Este es un espacio producido por la ordenación portuaria y convertido en un espacio de paseo y lúdico para niños y mayores. Un lujo en una ciudad cada vez más envidiable. Charo nuevamente estaba trabajando, la verdad es que es una lata, pero evidentemente, una necesidad en los tiempos que corren.
Yo le había dicho a Koke que había comprado un barco. Un poco escéptico inició su aventura marina emulando a su bisabuelo contramaestre. Aitor descansó durante el viaje porque tenía unas décimas de fiebre.
Mientras su padre contemplaba el recorrido que preveíamos hacer:
Era la hora de tomar la caña y procurarnos el alimento. La hora de la comida estaba próxima, mientras Aitor continuaba con su plácido sueño:
La hora de comer había llegado después de haber hecho apetito suficiente con la actividad matinal:
y después a casita, donde habíamos puesto las galletas con motivos navideños, que les habíamos llevado
antes de la vuelta a Granada.
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