Las bodas, más que unir personas, unen familias. Las personas se casan y las familias se unen. Las primeras lo hacen voluntariamente, las segundas se disfrutan o se sufren. Los novios se eligen, los padres o los hijos te vienen adjudicados. Es ahí donde importa la suerte que tengas en la adjudicación.
Ya decíamos ayer que creo que hemos tenido suerte. Hoy hemos ido a cumplir un trámite necesario. Conocer el lugar donde nuestros hijos van a celebrar con su familia y con sus amigos la efervescencia de su alegría contenida, aquella que va a iniciar el proceso de una vida en común que uno, en principio, piensa siempre que va a ser irrepetible.
El lugar, "La Finca" es mágico. Situado en la carretera de Santa Fé, un antiguo cortijo remodelado y adaptado para estos eventos.
Recorrimos al completo las instalaciones escuchando atentamente las explicaciones de Virginio, el promotor de todos estos actos y responsable de que todo sea un éxito.
Y ya camino de la salida
Que mejor que dejar inmortalizado este momento.
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