21 de julio de 2016

035.- JUANA "LA LOCA", la reina que no quiso reinar.


Ir y venir de Velilla nos cambia la vida. Es evidente que si nos consolidamos en Velilla y conseguimos poner aquello en valor y estar a gusto allí, nuestra vida discurrirá ya entre estas dos localidades. Hay que llenar de actividad las dos opciones. Es evidente que ahora, mientras organizamos todo, está súper llena.

En caso de no asentarnos satisfactoriamente es evidente que todo será distinto. Ahora, creo, hay que no tomar decisiones no  contrastadas y actuar con prudencia y reflexión. Siempre es buen tiempo para equivocarse. Es una de las palabras más manidas. Siempre y jamás son términos a valorar intelectualmente.

En Velilla playa, paseos y pescaito

En Granada, gestiones, actividades culturales, gimnasio, cine, etc... 
Anoche estuvimos en el Corral del Carbón, viendo la obra Juana la loca, la reina que no quiso reinar.
Teresa Hontoria nos había hecho una reseña porque había asistido el día del estreno.
Señalar que espero si vais a ver la obra, tengáis una noche más fresquita. El calor, y la dureza de los asientos nos hicieron estoicos los cincuenta minutos. Daban ganas de tirarse al pilón, pero no cabíamos tod@s. Estaba lleno.
 
 Una Juana cautivadora, desdichada y plena ha llenado el escenario y ha tenido en silencio al público que ha colmado el famoso patio de la Corrala. No podíamos haber tenido un marco mejor a pesar de que en la tabla haya faltado, por consejo de la dirección, el encendido de las velas. El fuego le hubiera dado ese toque evocador necesario para transportarte, aún más, a aquel sombrío convento de Tordesillas. 
Asombroso pensar que, a pocos metros de nosotros, los verdaderos cuerpos yacentes reposan calmos.
Sus monólogos se tornaban reales si pensabas en el entorno, en la ciudad.
Una reina a la que no le pudo la ambición de poder, tan de moda por estos lares. Una reina que no quiso reinar pero que se pregunta, noche tras noche de teatro, sino estaban locos todos los demás. Una mujer atormentada por un amor mísero que vivió para ver, amar y sufrir.

 
Bravo, Gema Matarranz por templar ese ímpetu que ha hecho emocionarte y emocionarnos.
 




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