Dos días en Velilla te relajan si sabes aprovecharlos.
Por la mañana mi paseo, de unos doce kilómetros entre Velilla y el final de la playa del Muerto.
Los amaneceres en Velilla son espectaculares.
El camino de ida y vuelta se ameniza por el cruce con otros corredores y la belleza de algunos paisajes ante los cuales te ves obligado a detenerte.
La tranquilidad de la hamaca, el reposo y las tapitas completan tu estancia.
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