9 de enero de 2016

862.- AÑO VIEJO EN MADRID.(2.015)

Corto pero bonito viaje. Salimos de Granada en los autobuses PREMIUM. Son cómodos y de asientos amplios. Tienen esa ventaja y que no hacen paradas; a Madrid justamente se tarda en llegar cuatro horas y media. El inconveniente es que al no parar no puedes estirar las piernas ni ir al baño a gusto. El baño que lleva el autobús no invita a permanecer en él, aunque cubre el papel de emergencia.
La carretera a Madrid tiene el firme bastante deteriorado en muchas zonas.
Llegamos al medio día y nos alojamos en el Hotel Senator, en Gran Vía 70. Cito ésto, porque hay otro hotel Senator , también en la Gran Vía.  Me entero después que ya no existe este segundo hotel.


 El nuestro, está próximo a la Plaza de España. Nos dieron una muy buena habitación, en el ático, con una espléndida terraza, un poco más grande y ya hubiera sido ideal. 
Fuimos a darnos un paseo y comer algo por la zona.
Por la tarde-noche, después de descansar convenientemente de no hacer nada, recorrimos lo que suponemos mañana será un hervidero de gente.




  La verdad es que ya lo es hoy, día 30.La aglomeración de gente era total.
Pincha aquí.- Plaza Mayor.
Magu estaba asustada, así que poco después de tomar un tentenpié, nos fuimos al Hotel.
Por la mañana paseo por el Madrid de las letras.





Es un sitio que me encanta, desde la Cibeles, la Carrera de San Jerónimo y luego este grupo de calle dedicadas, "escasamente dedicadas", a autores como Calderón, Quevedo,Lope,etc...Estaría en las nubes este barrio si estuviese en Londres, como acertadamente diría Pérez- Reverte, Don Arturo.
El paseo matinal fue hacia Chueca. ¡Cuando le tiene que agradecer el colectivo gay a Zapatero¡. Yo creo que España entera le debe agradecimiento. En un momento en que solo se habla de dinero, este presidente hablo de cuestiones sociales y de convivencia.
El mercado de Chueca, espléndido, nada que envidiar al de San Miguel.
 
Lástima que no supiera reaccionar ante el toro de la crisis y hubiera convocado elecciones entonces. Lo siento, pero para mí fue un gran presidente. El desenfado recorre las calles de este popular barrio madrileño. Comimos en  SALVADOR, genial, para recomendar, en calle Barbieri, 12.

Posterior descanso en el Hotel y preparados para despedir el año.
Nos fuimos andando hacia el teatro. Un paseo desde casi la Plaza de España, por la Gran Vía, pasar la Cibeles, la monumental Puerta de Alcalá, continuar por la misma calle hasta llegar a la calle Jorge Juan, donde se encuentra el local.
Pudimos compartir la San Silvestre en pleno recorrido. Al pasar la Puerta de Alcalá, empezaban a retirar las vallas de protección y nos cruzamos con los últimos corredores y el coche escoba. Todos los monumentos lucían, soberbios de su valía, historia y esplendor. 
Todo cerrado. Tuvimos suerte. Apenas cien metros antes de nuestro destino un bar de aspecto cutre. Entramos. Una tortilla para chuparse los dedos, como se hacían antes. Una cerveza fresquísima. Una suerte de cena para despedir el año. Algo original y distinto. 
El espectáculo era a las diez y media y entramos puntuales. Un buen asiento aunque el teatro no es demasiado cómodo. Hacía calor y encima la bolsa cotillón, los abrigos, aquello a tope. Era cuestión de irse organizando. Estábamos felices.


Atrás se deja un año con alegrías y sinsabores, como todos los años. Hablaremos de la obra en otro relato. Decir que fue un gran musical con una temática específica.
Salimos cerca de las dos. Ahora no apetecía andar pero no había más remedio. Los pocos taxis que había pasaban cargados y a toda velocidad. Llegamos a Cibeles. Allí podimos coger uno. Las calles a tope de gente. Madrid es una capital abierta al mundo y a los propios españoles. Todo el mundo se siente cómodo, el de aquí, el visitante nacional, y el que viene del extranjero, las caras irradian tranquilidad y disfrute.
Llegamos cansado y con el sueño trastornado.
A la mañana siguiente un nuevo paseo para ver los restos de la resaca. Todo parecía radiante. Los servicios de limpieza y orden habían tenido una noche larga, pero habían cumplido sobradamente con su cometido. Todo parecía como un juguete por estrenar. Fui hacia la Plaza de España, el Senado, los jardines de Sabatini, el Palacio Real, la Almudena...

La casa de la Villa estaba preciosa, como el Mercado de San Miguel y estas mozas madrileñas que se asoman a la ventana para saludar al 16. Todo un espectáculo Madrid.


 Atravesando la Plaza Mayor.

Hasta llegar a la Puerta del Sol. Este lugar, centro de innumerables promesas, de solicitudes imposibles, de peticiones descabelladas, de otras no tanto, se mostraba ya como si no hubiera soportado el paso de la noche y amanecía al nuevo año con toda su cara lavada y recién pintá, como diría el popular Manolo Escobar. Eran las nueve del nuevo año.
Vuelta al hotel para desayunar, recoger las cosas, descansar un poco y dirigirnos hasta mendez Alvaro donde tomaríamos el autobús de regreso a casa.
 Feliz año 2016 a todos y a todas.
 
 

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