18 de julio de 2014

019.- ONCE MINUTOS.- Paulo Coelho

ONCE MINUTOS.
PAULO COELHO.
La vida es muy rápida; hace que la gente pase del cielo al infierno en cuestión de segundos.

            Las revistas pornográficas, en la que todo el mundo hablaba de placer pero ponía cara de dolor.

            Si tengo que ser fiel, en primer lugar tengo que ser fiel a mí misma. Si busco el amor verdadero, antes tengo que cansarme de los amores mediocres. Nadie es dueño de nada.

            Estoy aquí porque he escogido este destino. La montaña rusa es mi vida. La vida es lanzarse en paracaídas, es arriesgarse, caer y volver a levantarse, es alpinismo, es querer subir a lo alto de uno mismo, y sentirse insatisfecho y angustiado cuando no se consigue.

            El amor era la primera de las cosas capaces de cambiar la vida de una persona, pero la desesperación transforma más deprisa.

            En la búsqueda de la felicidad, estamos todos suspensos.

            Vivía siempre preocupada por los demás.

            Un hombre no demuestra que es macho cuando tiene una erección. Es un macho si es capaz de dar placer a una mujer. Si es capaz de dar placer a una prostituta, entonces se creerá el mejor de todos.

            El ser humano puede soportar una semana de sed, dos semanas de hambre, muchos años sin techo, pero no puede soportar la soledad.

            El que ama al máximo se siente libre. Nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie. Esa es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo sin poseerlo.

            Por primera vez, alguien no la veía como un objeto.

            Considerando el mundo tal y como es, un día feliz es casi un milagro.

            Esperar es la parte más difícil.

            Nadie sabrá humillar si no es humillado también. Las experiencias más importantes del hombre son aquellas que lo llevan al límite. Cuando un hombre humilla a su mujer, está siendo cobarde, son personas que jamás se han atrevido a mirar en el fondo de sus almas.

            Soy dos mujeres. Soy el ama de casa y la prostituta, ambas viviendo en el mismo cuerpo. El encuentro de una mujer consigo misma es un juego con riesgos serios.

            El deseo no es lo que ves, sino aquello que imaginas.

            El final es siempre más difícil que el principio. La libertad de su amor era no pedir ni esperar nada. El que es capaz de sentir sabe que es posible tener placer incluso antes de tocar a la otra persona. El que está enamorado hace el amor todo el tiempo, incluso cuando no lo está haciendo. Nada que ver con once minutos.

            El amor más fuerte es aquel que puede mostrar su fragilidad. Lo peligrosos es focalizar ese dolor, darle un nombre de persona. Cuando algo positivo viniese a su cabeza dejaba lo que estaba haciendo, sonreía y agradecía estar viva y no esperar nada del hombre que amaba. Si su corazón empezaba a quejarse de su ausencia, vale, sigue haciendo lo que deseas, mientras yo me dedico a cosas más importantes. Hasta que esos recuerdos, al ser aceptados pero amablemente rechazados, se apartaban por un tiempo considerable. Uno de esos “pensamientos negativos” era la posibilidad de no volver a verlo pero lo convirtió en un “pensamiento positivo”: cuando se fuese, podría responder: Bonito, capaz de amar y de ser amado.

            Aquel que ama no depende del acto sexual para sentirse bien. Una persona que vive intensamente su vida goza todo el tiempo y no echa de menos el sexo. Cuando practica el sexo, es por abundancia.

            Millones de parejas practican el arte del sadomasoquismo, se quejaban de todo, sin saber que bastaba u “hasta nunca” para liberarse de la opresión.¿Por qué tenía que llevar esa vida que llevaba?. Porque le gustaba.

            Hay ciertos sufrimientos que solo pueden ser olvidados cuando podemos flotar sobre nuestro propio dolor.

            El pecado original fue que Eva tenía miedo de seguir su camino sin la ayuda de alguien, y entonces quiso compartir lo que sentía. Ciertas cosas no se comparten.

            Todas creen que el hombre desea simplemente once minutos al día. No es así; el hombre también es una mujer; quiere encontrar a alguien.

            Habían aprendido a convivir en libertad. Se amaban, porque sabían que no se necesitaban el uno al otro.

            El mundo no es solo sexo. No era lo más importante del mundo, pero era importante, sí.

            ¿Por qué estará el mundo tan preocupado por las apariencias?

            Creemos que sexo y eyaculación son lo mismo y, no lo son. No aprendemos, porque no tenemos valor para decirle a una mujer: enséñame tu cuerpo. No aprendemos porque ella tampoco tiene el valor de decir: aprende como soy.

            Las películas nunca dicen qué sucede después. Se acaban antes de que el verdadero mundo empiece.

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